Algunas personas pueden sentir que ya es tarde para adoptar hábitos más saludables, pero las investigaciones demuestran que nunca es demasiado tarde para hacer un cambio positivo. Descubre cómo puedes comenzar en cualquier etapa de la vida y disfrutar de los beneficios.

¿Puede la edad ser realmente una limitación para desarrollar hábitos saludables? Biológicamente, la respuesta es no. Socialmente, sin embargo, pueden existir más barreras. Una de las preguntas más comunes en las búsquedas sobre la edad es “¿Qué puedo hacer a los 45?”, como si este número marcara un hito en el que comienzan las limitaciones.

Desarrollar hábitos saludables a cualquier edad

Existen ciertas regiones en el mundo donde las personas viven más tiempo y con mejor salud que el promedio de la población. Estos lugares, conocidos como Zonas Azules, incluyen Okinawa en Japón, Cerdeña en Italia, Nicoya en Costa Rica, Icaria en Grecia y Loma Linda en Estados Unidos.

Estas comunidades comparten características clave, que los científicos han estudiado para comprender cómo todos podemos disfrutar de una mejor calidad de vida y una mayor longevidad. Un aspecto fundamental que tienen en común es el fuerte apoyo de la comunidad. En estas zonas, las personas alcanzan los cien años rodeadas de individuos que se alientan mutuamente a mantener hábitos positivos.

Ya sea correr en grupo, caminar con amigos, almorzar en compañía o incluir a la familia en una alimentación saludable, el apoyo del entorno juega un papel clave en la creación de hábitos saludables duraderos.

Hábitos saludables para adoptar después de los 40

A medida que envejecemos, ciertas condiciones de salud, como la hipertensión, la diabetes, algunos tipos de cáncer y, en la vejez, la demencia, se vuelven más comunes. Sin embargo, los mismos hábitos saludables que benefician a las personas en cualquier edad también tienen un gran valor a medida que envejecemos. Si aún no los has adoptado, nunca es tarde para empezar. El desafío principal es que, para algunos, romper hábitos poco saludables arraigados puede parecer más difícil que el propio proceso de envejecimiento.

Alimentación después de los 40

Si tu dieta se basa en gran medida en alimentos procesados y ultraprocesados, es hora de un cambio. Independientemente de la edad, enfocarse en hábitos alimenticios más saludables es fundamental. Como sugiere la experta en nutrición Garção, “Debemos examinar nuestra dieta de cerca y educarnos al respecto. Una regla simple es desempacar menos y pelar más”.

Planificar las comidas con antelación es una forma rápida y efectiva de mejorar tu rutina, tu salud y tu longevidad.

Ejercicio después de los 40

Los cambios que experimenta el cuerpo en los 40 y 50 años son naturales y diferentes a los de los 20 y 30. Pero es importante destacar que estos cambios son sutiles y no deben desanimarte a mantenerte activo. De hecho, la actividad física es una de las mejores maneras de conservar la salud y la calidad de vida a medida que envejecemos. Encontrar un equilibrio entre el ejercicio y tus capacidades físicas, incluyendo el cuidado de los huesos, músculos, articulaciones y el corazón, es clave.

Algunos de los beneficios de la actividad física en esta etapa incluyen la reducción del dolor, la prevención de la osteoporosis, la salud cardiovascular y la mejora de la función cognitiva.

Hábitos que debes abandonar después de los 40

Nunca es tarde para dejar atrás hábitos que dañan tu salud. Ya sabemos que fumar (ya sea cigarrillos tradicionales o electrónicos) y el consumo excesivo de alcohol son perjudiciales para el bienestar. Otros hábitos que debes dejar atrás incluyen el sedentarismo, el consumo excesivo de comida ultraprocesada o rápida, el mal descanso y pasar demasiado tiempo frente a pantallas (televisión, teléfono o computadora).

¿Qué puedo hacer a los 45?

¡Lo que quieras!

Sentirse “viejo” a los 50 es un reflejo de visiones obsoletas sobre el envejecimiento, centradas en lo que se ha perdido con el tiempo, como el tono muscular, la elasticidad de la piel o relaciones que han cambiado. Sin embargo, biológicamente, aún queda mucha vida por vivir.

Aquellos que se sienten mayores a los 40 o 50 pueden estar demasiado enfocados en compararse con su versión más joven, lo que les impide ver todas las cosas maravillosas que han ganado, ya sea sabiduría, experiencias de vida, familia, logros profesionales o crecimiento espiritual.